BUKANEROS... HINCHADA ANTIFASCISTA
Finales de la temporada 91/92, un grupo de siete chavales que llevan acudiendo a ver al Rayo hace algún tiempo deciden organizarse para crear un foco de animación antifascista en el Estadio de Vallekas la temporada siguiente. Pasa el verano y comienza el nuevo campeonato. En el centro del fondo surge un nuevo grupo apolítico denominado "Brigadas Franjirrojas" con un centenar de miembros aproximadamente que toman el relevo del extinto "Komando Vallekas". Junto a ellos se colocarán los Bukaneros, nombre tomado de la tradicional Batalla Naval que todos los años celebramos la gente del barrio para celebrar a nuestro modo y manera las Fiestas del Carmen, patrona de Vallekas.
Poco dura la apacible convivencia. Algunos elementos destacados de la derecha y que forman parte de la Sección vallekana de Ultras Sur comienzan a hacerse con las riendas de las Brigadas Franjirojas, por lo que los siete chavales de Bukaneros deciden acudir a animar al Rayo al lateral junto a la mítica e inolvidable "Peña Los Petas".
La idea es clara: Rayo, Clase Obrera y Antifascismo, pero el grupo no cuaja en sus dos primeras temporadas. Apenas un fanzine, algunos viajes (Logroño, Pucela, Cádiz -donde se forja la amistad que hoy todavía perdura con las Brigadas Amarillas-, Calderón, Bernabéu...) y un mísero fotomontaje son todo su bagaje esos dos años. El grupo apenas se ha incrementado hasta la quincena de miembros y se hace complicado acudir así al Estadio.
En la temporada 95/96 algunos miembros de las recién creadas Brigadas Amarillas Sección Madrid se introducen en el grupo, que pasa en un sólo año de 15 a 40 miembros y comienza a vislumbrar la luz al final del túnel. Ese año comienzan los continuos piques, provocaciones, insultos, robos y hostias con las Brigadas Franjirrojas (que dos años después darían sus frutos, al terminar por completo con aquel cáncer de la afición rayista). Se saca nuevo material (como aquella primera camiseta con la calavera fumándose un petardo), se viaja en mayor cantidad siempre acompañados por los Petas y se ve por primera vez como el Rayo gana en el Bernabéu a un espantoso Real Madrid, que recibe un 1-2 delante de los 500 vallekanos desplazados.
La temporada 96-97 el grupo gana enteros: se realizan algunos tifos con rollos de papel higiénico (contra el Hércules y contra el Atleti los de mayor cantidad), se cuenta con cuatro banderones, varias pancartas, un par de bombos y el grupo por fin se incrementa y consolida con unos 60 elementos. Se producen algunos incidentes con grupos rivales de mayor historia y el nombre Bukaneros ya empieza a conocerse en el panorama estatal. Esa temporada el fanzine se realiza con regularidad, no fallando en ninguno de los 19 partidos de liga en casa con una tirada de 100 ejemplares gratuitos.
La siguiente temporada, con el Rayo en segunda, es la de nuestro regreso al fondo. El grupo se siente a sus anchas y comienza el boom Bukanero en el Estadio de Vallekas, momento en el que se confirma el fallecimiento de las Brigadas. Estos dos años en segunda los viajes van a mejor ritmo (Levante, Málaga, Alicante, Albacete, Sevilla, Toledo…) y el material comienza a ser constante y de buena calidad. Entre otras cosas ya se poseen las primeras bufandas de lana, un gorro pirata, varios modelos de camiseta... y se forman las primeras secciones del grupo. No pocos grupos se atreven a venir a Vallekas, pero los que vienen no salen excesivamente bien parados. Al Rayo y a Bukaneros la categoría se le empieza a quedar pequeña y el ansiado ascenso se consigue en la promoción contra el Extremadura con un estadio lleno y una animación no recordada en Vallekas en varios años.
Con el ascenso de categoría y la buena marcha del Rayo en primera el grupo se acerca a los dos centenares de miembros y la entrada de bastante gente joven da otro empujoncito hacia arriba en ilusión y ganas. Se sigue colaborando con algunos colectivos políticos madrileños y ya va siendo habitual en Vallekas el "Día contra el Racismo en los Estadios de fútbol" (cuya primera edición realizamos en 1997 contra el Osasuna), invitando a medio centenar de inmigrantes al fútbol como una jornada de convivencia junto a ellos.
La culminación de todo este proceso de crecimiento y madurez se da con nuestra participación en la Copa de la UEFA 2000/01, donde acudimos a tres sitios a apoyar al equipo: Andorra con aquel mítico 0-10 (no superado todavía por ningún equipo galáctico en Europa), Vitoria en aquellos tristes cuartos de final, y sobre todo, a Burdeos, donde más de 700 rayistas celebran la victoria frente a todo un campeón de la liga francesa. Sumado al ejemplo dado por los ultras girondinos, podemos considerar que este viaje supuso una auténtica revolución en el seno del grupo.
La temporada siguiente comenzamos a elaborar las primeras banderas en esta nueva etapa de Bukaneros, a las que poco a poco se le añadirían cada vez más hasta llegar a tener alrededor de 30 banderones de distintos tamaños, formas y estilos, además de algunos estandartes y nuevas pancartas mucho más bonitas que las anteriores. El tiempo pasa y nuevos cánticos atronan desde el fondo, donde comienzan a verse sencillos tifos, para poco a poco ir añadiéndoles algo más de complejidad. Sin embargo en viajes el grupo se estanca y en estos cuatro años apenas nos dejamos ver en Vitoria, Calderón, Vigo, Coruña, Pamplona, Bilbao, Valladolid, Anoeta y Bernabéu (donde policía y seguridad privada nos roban todas las pancartas y banderas en la 02/03).
El fanzine se "profesionaliza" con un gran contenido y buena maquetación. La web cambia de responsable y gana en formato y seriedad. Algo grande se empieza a vislumbrar y cada paso es celebrado como un triunfo por quienes, como a día de hoy pero en menos número, dedican gran parte de su tiempo al grupo. Por si fuera poco somos el primer grupo estatal en acudir a los mundiales antirracistas que cada año se celebran en Italia y donde se congregan decenas de grupos antirracistas de toda Europa.
Finalmente el equipo desciende a segunda división la temporada del décimo aniversario de Bukaneros (2002/03). Esto no hace más que fortalecer la unión entre nosotros, abandonado el estadio los “rayistas de primera” y manteniendo un buen núcleo de 200 personas en pie. Esta temporada, pese a la marcha del equipo, es la más viajera del grupo en su historia estando presentes en Segovia, Cádiz, Leganés, Almería, Getafe, Córdoba, El Ejido, Eibar, Soria, Gijón, Vitoria y Salamanca, en todos ellos con pancarta y en varios de ellos con más de cien desplazados. Tras muchas temporadas nos reencontramos con nuestros hermanos gaditanos, con dos fiestas inolvidables en Cádiz y Vallekas. El relevo generacional ya era un hecho y a final de temporada no hay partido que el fondo no presente un aspecto de gala.
También hay cabida para los momentos malos, como toda la mierda que vertieron sobre nosotros para justificar la marcha de Teresa Rivero de la presidencia de nuestro equipo que solo provoca más compañerismo y unidad en el grupo. Peor sin duda fue, meses después, el atentado que sacudió nuestro barrio y dejó muchas víctimas entre nuestra gente. Dos días después se disputó un partido en Vallekas que nunca debió jugarse. En su momento lo manifestamos y hoy lo mantenemos: odio eterno a los culpables. Ellos (y nosotros) saben quienes son.
La temporada remata con otro descenso consecutivo. No hay otro rumbo a tomar que el de sacar esto adelante, más que nunca al lado de nuestro Rayo y convirtiendo las frases hechas en una realidad visible. Superando la barrera de los 300 socios por primera vez en nuestra historia, acudimos a los doce campos peninsulares donde juega nuestro Rayo además de seguirle hasta Mallorca y Las Palmas en los primeros desplazamientos del grupo en avión. También se hacen un hueco los ver buenos tifos tanto en Vallekas (contra el Alcorcón o Irún) como en desplazamientos (caso de Fuenlabrada o Alcalá). Un nuevo palo deportivo en Irún nos devuelve a la realidad del club, que sin duda pasa por uno de los momentos deportivos más difíciles de toda su historia.
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